La confirmación de un caso de coronavirus en la ciudad parece que ayer despertó "la fiebre consumista" y la necesidad de acopio de ciertos artículos, tanto alimenticios como de limpieza e higiene. Mayoristas saturados y agotamiento del alcohol en gel.
Los supermercados mayoristas de la ciudad ayer duplicaron su clientela, ya que desde que abrieron sus puertas una multitud se acercó a comprar distintas provisiones. La mayoría de los carros no olvidaron ni el papel higiénico ni los alimentos no perecederos. El alcohol en gel se agotó. Algunos supermercados también aumentaron sus ventas.
Mientras pasaba las latas y los paquetes de alimentos no perecederos del carro al baúl del auto, Elena aseguró que “vinimos un poco por psicosis, porque tenemos amigos en España y nos mandaron fotos con las góndolas vacías. No creo que pase acá, pero por las dudas me voy a ‘stockear’ con lo que pueda. Igual, todos los meses hago una compra grande”.
La mujer, que completó un carro en Makro, se aprovisionó de “latas diversas, harina, yerba, fideos, arroz, gaseosas, papel higiénico y galletitas. También llevo rollos de papel y artículos de limpieza. Cuando mi marido vea el ticket me mata”, dijo con cierta ironía.
En tanto, la fila de carritos en la puerta de Hergo -a media tarde- se reducía a unas 20 unidades. “Es una locura lo que está pasando, nunca quedan tan pocos”, observó uno de los guardias de seguridad que informó que los carros suman “unos 450, aproximadamente”.
En el interior del mayorista se hacía muy difícil circular debido a la cantidad de clientes, que en muchos pasillos se chocaban con los repositores. “Nosotros venimos todos los meses a hacer la compra, pero nunca hay tanta gente como hoy (por ayer)”, analizó Claudia que reconoció que llevaba algunos productos fuera de lo habitual, como más “papel higiénico y lavandina”.
Después de hacer más de una hora de cola para pagar, Liz señaló que “no vengo nunca, pero soy docente y no se sabe lo que va a pasar, así que decidí aprovisionarme” mientras empujaba un carro cargado con papel higiénico, aceite, yerba y otros alimentos no perecederos.
Por las dudas
La misma intensidad de movimiento se registró en otro de los supermercados mayoristas ubicado sobre la ruta 88. “Desde que abrimos está así, hoy debemos haber duplicado la cantidad de clientes habituales”, calculó uno de los custodios que trabaja en Vital.
Allí, las filas para llegar a la caja se extendían por casi 100 metros. “Vinimos un poco por psicosis, pero hay que tener cosas y ‘stockearse’. Llevamos para cuatro familias, nosotras tres y nuestros padres”, explicó Laura que empujaba un carro con bultos cerrados de yerba, harina, azúcar, papel higiénico, artículos de limpieza y de higiene personal junto a sus hermanas Ceci y Vir.
“Además de lavandina y desinfectante llevo mucho papel higiénico, pasta dental, alcohol pero no había en gel, galletitas y latas. Todos alimentos que no son de heladera, por las dudas”, describió Paula que había llegado hasta el mayorista “por precaución”.
Matías, en tanto, cumplía con su compra mensual. “Hice la compra de siempre, más o menos 10 mil pesos, lo único que sumé fueron unos desinfectantes”, explicó y consideró que “nunca había visto tanta gente acá. De hecho tardé como una hora en llegar a la caja. Una locura, no sé qué pasó”.
Mientras esperaba su turno para pagar, Claudio destacó que todos los meses hace una compra grande en Vital porque “me conviene por los descuentos. Siempre compro lo de almacén, aunque ésta vez le sumé algunos artículos de limpieza y desinfectante. Pero no conseguí alcohol en gel”.
Por menor
En muchas de las sucursales de los supermercados que operan en la ciudad el movimiento, ayer, fue normal a pesar de que comenzaban a regir algunas de las promociones habituales de los fines de semana.
“Está muy tranquilo. Solo ayer a la tarde (por el jueves) se incrementó un poco y se agotó el alcohol en gel, pero ya repusieron y ahora está normal”, describieron desde la sucursal de Juan B Justo y Santa Fe de una cadena nacional, cuyo local estaba semivacío.
La misma situación se vivió en otras sucursales, aunque de otras cadenas, como las situadas en Córdoba y Saavedra o Córdoba casi Rivadavia.
En cambio, en el supermercado de la avenida Independencia y Quintana era incesante el ir y venir de los carritos y las colas para pagar en la caja se extendían durante 50 metros. Ese movimiento fue similar durante toda la jornada de ayer, aunque el aumento del mismo había comenzado el jueves a la tarde.
“Estamos trabajando así desde ayer (por el jueves) a las 5 de la tarde. Nosotros cerramos a las 9 pero ayer terminamos como 10 y cuarto de la cantidad de gente que había”, dijo uno de los guardias de seguridad.
Uno de sus compañeros acotó que “es una locura, creo que hay un poco de psicosis. Se tiene que volver a ver más la novela y dejar los noticieros”.
Si bien aseguró que “vengo siempre”, ayer Leticia sumó a su compra habitual “lavandina, desinfectantes, rollos de papel y lavandina, pero es para mi casa y también para la oficina de mi marido”.
En la fila de caja se sucedían potes de alcohol en gel, tanto para las cajeras como para los clientes que así lo requirieron.
“La verdad es que hay mucha gente. Hacía mucho que no tardaba tanto en llegar a la cola, esto me hace acordar a cuando estaba vigente la promoción del 50 por ciento con tarjeta del banco Provincia”, señaló Edith cuyo carro rebasaba de paquetes de papel higiénico, rollos de papel, varios paquetes de yerba, arroz y harina, entre otros.
Si bien realiza una compra grande a principios de mes, la mujer reconoció que “hay un poco de paranoia con esto del coronavirus y, por las dudas, me aprovisioné de alimentos no perecederos y latas. También compré más artículos de limpieza, que están carísimos, y desinfectantes”.